¿Para qué sirven los eosinófilos en el organismo?
Como función principal, los eosinófilos están diseñados como una respuesta por parte de nuestro organismo para atacar a patógenos de tipo bacteriano, parasitario o viral. Un incremento o descenso de los eosinófilos, pudiera indicar que nuestro cuerpo está luchando contra alguna infección que le impide su correcto funcionamiento. Aun así, los eosinófilos poseen, además, muchas otras funciones dentro de nuestro cuerpo, las cuales implican procesos inflamatorios, especialmente dentro de trastornos alérgicos.
¿Cómo actúan?
Al preguntarnos qué son los eosinófilos, podemos decir que constituyen en nuestro organismo, células pro inflamatorias, las cuales poseen la capacidad de proteger o dañar al huésped dependiendo del a situación que se presente. Cuando dentro de nuestro organismo aparece un antígeno, los eosinófilos llegan al sitio donde se ha producido la infección para atacar a la misma.
Los eosinófilos son capaces de dar respuesta a las infecciones en cualquier lugar de nuestro cuerpo, y son también, capaces de tratar con procesos inflamatorios en curso, como son, por ejemplo, los que llegan a ser causados por infecciones subyacentes o por respuestas inmunes excesivas. Normalmente, cuando existe una gran concentración de estas células, pudiera ser porque la persona en cuestión, se encuentra lidiando con algún tipo de infección.
Función de los eosinófilos
Debido a que las funciones que se le conocían en un principio a los eosinófilos no eran tan precisas como las que se les reconocían a otros leucocitos, tradicionalmente se les relacionaba únicamente con la defensa frente a parásitos helmintos, incluso, parecían ser células prescindibles para el organismo. Pero ahora se sabe que los eosinófilos, tienen funciones mucho más diversas, principalmente asociados a las reacciones alérgicas, inmunes, inflamatorias y otras homeostáticas, sobre todo con infecciones víricas respiratorias.