Primero que nada todos tenemos malos hábitos, y estos los adquirimos a lo largo de nuestras vidas de manera inconsciente y se vuelve muy difícil deshacernos de estos por esa misma razón, nuestro cerebro los ha interiorizado durante mucho tiempo y para cuando nos damos cuenta de que los tenemos ya es casi un reflejo automático en nuestro comportamiento.
Eliminar un mal hábito
Para eliminar un mal hábito primero debemos prestar atención a nuestro cuerpo y a los sentidos.
Presta atención de forma abierta a lo que diga tu interior y construye tus objetivos sabiendo qué cosas no quieres tener más dentro de tu vida, cosas que nos retrasan o impiden lograr esas cosas que deseamos conseguir.
No te aferres a determinadas rutinas.
Al pretender sacudirnos un mal hábito debemos aceptar que este forma parte de quienes somos y lleva entonces un gran esfuerzo eliminarlo en su totalidad, así que para facilitarnos la vida es recomendable sustituirlo por otro pero que nos sea beneficioso.
Tu estado emocional cuenta. Tus emociones implican una tendencia a sentirte de cierta manera y actuar acorde a ella, el cambio de hábito, por tanto, se inicia dentro de ti.
Sustituye hábitos ineficaces por buenos hábitos
Sé constante en la incorporación de un nuevo hábito. Nuestro cerebro aprende en la recurrencia.
Haz que el cambio de hábito sea divertido. Celebra cada paso que des en la obtención de tu objetivo y prémiate.
No te auto impongas plazos para eliminar tus malos hábitos ya que no hay un tiempo estipulado para saber si has conseguido cambiar de hábitos.