No parecería difícil imaginar nuestra vida cotidiana sin este elemento que condimenta nuestras comidas y que aporta, además de sabor, una fuente única e insustituible de aporte mineral a nuestra dieta diaria.
La Sal Común o Sal de mesa, como la conocemos, es la extracción refinada del Cloruro Sódico que se encuentra en los mares y en yacimientos rocosos, algunas veces en la superficie terrestre y en minas subterráneas, pero siempre, bajo la forma química de NaCl.
Los Salares, paisajes de luz y color, gracias a la Sal
Uno de los parajes mas impresionantes del mundo, es un Salar, verdaderos espectáculos de luz y reflejos solares, todo, gracias al Cloruro Sódico, en forma de Halita que se encuentra, producto de la evaporación absoluta del agua.
La Sal y sus variedades.
Existen tantos tipos de Sal, que la Sal de mesa que conocemos sería, literalmente “un grano de sal” entre las múltiples variantes de este mineral comestible.
La Flor de Sal, una capa muy delgada que se extrae de las salinas marítimas, elaborada de forma artesanal, constituye un producto gourmet muy apreciado;
la Sal Maldon, inglesa, de alta pureza, semejante a una escama;
La Sal negra de la India, no refinada y de fuerte sabor sulfuroso;
La Sal del Himalaya, extraída de minas subterráneas en Pakistán en forma de cristal rosado y blanco, que constituye un gusto gourmet, al ser molida justo al momento de su consumo.
Son algunas de las variedades de Sal que se pueden comercializar a nivel mundial para consumo humano y cuyo proceso da, a cada una, un valor culinario único.